El amor a la lectura trasciende generaciones


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¿Futura investigadora de pingüinos emperador?

En la puerta del refrigerador de mi casa, abajo de un calendario magnético con la foto de un agente de bienes raíces desconocido, está una hoja con una lista de seis libros. Los títulos tienen una cajita a un lado, y con excepción de uno, todas las cajitas tienen una palomita.

Es la lista de lectura de verano de mi hija de siete años.

Como a cualquier niño, a mi hija le encanta pasar su tiempo libre viendo televisión o jugando con la computadora. Apenas llega de la escuela, sigilosamente se lleva su aparato a la esquina más remota de la casa para ver sus programas favoritos on demand y sin interrupciones.

Aunque yo pasaba incontables horas frente al televisor cuando era chico, me cuesta trabajo ver que mis hijas pierdan tanto tiempo viendo televisión. Por eso, en un acto impulsivo al principio del verano, y después de ver a mi niña pasar tres horas frente a la computadora, le pedí que juntara todos los libros que tenía.

“Mija, quiero que escojas seis libros que vas a leer este verano porque no vas a pasar todo el tiempo viendo televisión”, le dije en un tono autoritario pero inseguro a la vez, esperando una ráfaga de gritos o por lo menos una mueca de desaprobación.

Pero su respuesta fue que sí, que le encantaría leer más.

Entonces escogimos seis libros, entre ellos una biografía para niños de Abraham Lincoln y algunos de la serie de la Casa mágica del árbol con relatos sobre fantasmas y pingüinos emperador. Cinco libros en inglés y una novela en español.

Escribimos los nombres en una hoja con flores color de rosa y la pegamos en el refrigerador. Si terminaba la lista al final del verano recibiría una recompensa aún por definir. Mi esposa y yo no definimos el premio porque pensamos que no lo iba a lograr.

Sin embargo, ella está por terminar la lista, y con tiempo de sobra (considerando que el verano termina a finales de septiembre). Me pregunto: ¿qué impacto tendrá este verano mágico de fantasmas y pingüinos emperadores cuando esta niña se convierta en mujer?

Me pregunto porque conozco el poder que pueden tener las letras en la vida de un niño. Mi padre solía leernos fábulas y poemas largos y coloridos como Los motivos del lobo de Rubén Darío. A veces nos leía relatos de revistas como Selecciones o capítulos de los muchos libros que siempre tenía a la mano, muy cerca del baño, por cierto.

Poco a poco fue despertando mi interés en los libros. Uno de mis autores favoritos era Irving Wallace, un novelista cursi que solía leer mi papá. Sus personajes callejeros, fumadores y bebedores de whisky fueron algunos de mis primeros superhéroes de la adolescencia.

Después descubrí la magia de autores de categoría como Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Octavio Paz. De repente prefería cobijarme entre las páginas de libros en lugar de meterme bajo las sábanas de mi cama para ver televisión.

Pronto yo mismo empecé a probar suerte con pequeños relatos y poemas, y cuando menos lo pensé estaba trabajando en un periódico de San Diego, recopilando historias y escribiendo para ganarme el pan de cada día.

La lectura tiene poderes impredecibles en el futuro de los niños. No sabes si hay algo en un libro que despierte una pasión o un interés que años después se convierta en una vocación. Quizá mi hija recuerde este verano como el momento cuando decidió ser investigadora de pingüinos emperador.

Tampoco ha sido fácil hacerla leer. Constantemente tengo que recordarle que tiene un objetivo que cumplir, y que debe leer por lo menos diez minutos todos los días. Durante el verano se quejó varias veces de que la lectura le robaba tiempo para ver televisión.

Pero estoy convencido de que vale la pena.

Nunca pensé en verdad que mi hija leyera los seis libros. Pero he aprendido que a los niños hay que ponerles las expectativas muy altas, mucho más altas que la estatura que lleguen a tener de adultos. Una de las cualidades de los niños es su capacidad de sorprender.

Gracias papá por inculcarme la lectura. Tu nieta te lo agradecerá.